IIF – 83. The Last Battle (II)

II. AUTO KAPUTT

Así pues, si quería seguir optando a aquel puesto de trabajo, tenía que hacer una entrevista de trabajo el viernes de la semana siguiente (el día que mejor me venía, a priori), a mediodía, en Munich. Tenía que ver cómo me movía hasta la capital de Baviera para estar allí a la hora.

La opción que casi siempre utilizo para moverme por Alemania es el tren. Pero no tardé en descartarlo. Si salgo el mismo día, me arriesgo a tener un retraso y llegar tarde. Para salir el día antes, tendría que comprarme una maleta pequeña, ya que sólo tengo el maletón, que es demasiado grande para un par de días, o la mochila. Puesto que a las entrevistas de trabajo siempre voy en traje, la mochila no es una opción viable. Llevar el traje en la mano, tampoco. Y puesto… lo más seguro es que sude, o lo manche.

Por tanto, lo más razonable era ir en mi coche, que para eso lo tengo, con una mochila de mano y el traje extendido en el maletero.

Ahora viene la segunda parte: tengo el coche en el mecánico. Se me ha jodido un amortiguador trasero, pero hay que cambiarlos por parejas. A lo que convendría añadir los cuatro discos de freno, y medio tubo de escape. El coche tiene casi 11 años; según me dijeron tiempo después, son reparaciones “normales” dentro de lo que cabe. Aparte, aquí en invierno tiran gravilla además de sal a las carreteras, para mejorar el agarre. Al pisarla con los neumáticos, la gravilla rebota, pega en los bajos del coche, y va descascarillando el recubrimiento antioxidante de las piezas. Entonces llega la sal, y tiene el metal desnudo para oxidarlo. De hecho, sin más reparaciones extra, es posible que mi coche no pase la próxima ITV.

La broma me iba a salir a 2000 € (dos mil euros). Si le hacía también las reparaciones del óxido, ya hablamos de 1500 más.

Y aún tuve suerte: el finde pasado estuvo Farolo en Praga, a unos 400 km de aquí. Iba a ir, pero aquella noche apenas había podido dormir (cosa que me pasa desde hace un año, aproximadamente), y las condiciones meteorológicas tampoco eran buenas. Podía haber petado el coche en mitad de la campiña checa, a cientos de kilómetros de casa, sin nadie que hable alemán o inglés en la zona.

Habrían salido unas Memorias divertidísimas XD

Volviendo al hilo de la historia… hice unas cuantas averiguaciones. Si me compraba las piezas por mi cuenta, o piezas parecidas a alguien que no fuera Ford, y lo reparaba en un taller independiente, me ahorraba unos 500 €. Por otra parte, el valor de mi coche a día de hoy podía tasarse en unos 3500 €. Podía pagar la reparación, y que luego se joda otra cosa a los 100 km. O podía cambiarme de coche -éste aún no lo tengo ni cuatro años- y empezar de cero.

Y ahora viene la gracia: si salía bien lo del curro, en dos meses regresaría a España. Por una parte, dejaría de tener un contrato indefinido, al menos por un tiempo. Tiempo durante el cual no podría avalarme un préstamo para comprar un coche. Ahora es cuando podría comprármelo, sin decir al concesionario que me quedan dos meses en el país.

Peeero… si te va a España con un coche recién comprado, tienes que pagar el IVA tanto en el país de compra (Alemania: 19%) como en España (21%… sí, en España cobramos menos, pagamos más, y somos tontos). Así pues, se trataba de una apuesta: 2000 € a que el coche aguanta un tiempo aceptable hasta caerse a trozos, contra lo desconocido, que podrían ser también 2000 € o más, y a toca-teja.

El tiempo corría en mi contra. Había que decidir rápido.

Si salían bien mis planes más inmediatos, necesitaba ese coche para mudarme a Logroño. Si no… podría buscarme un curro en una gran ciudad alemana, hacer 2 ó 3 viajes para mudarme, y ya tirar de transporte público. En este caso, aún seguiría una temporada currando por aquí, y necesitaría transporte.

2000 € picaban mucho, pero accedí. Si el coche me dura al menos lo justo para mudarme a donde fuera, me habrá salido bien la jugada. Y si casca dentro de poco, iré al mecánico que me lo vendió, le haré desmontarlo, y le introduciré todas y cada una de las piezas por determinado orificio corporal.

Lo que me voy a reír con los asientos y el capó.

Habrán sido 2000 € muy bien invertidos.

BARVADER ‘16

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