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Barboño – 22. Reno Renardo

23/05/2021

Sábado, 1 de octubre de 2016. Hacia las 19 h estaba en mi casa estudiando cosas de Linux, como venía siendo habitual últimamente. Sin embargo, hoy no iba a leerme las 100 páginas del libro que pretendía; sobre todo, porque no es un libro apto para novatos en Linux embebido, y a las dos páginas ya me había perdido. A diferencia de otras veces que lo he intentado, ésta no me había dormido XD

Cuando volví de Alemania, rehice mi calendario de conciertos, con algunas diferencias. Ahora no importaba si tocaba Status Quo en Frankfurt, Ensiferum en Bremen o Judas Priest en Münster… sin embargo, tenía otros grupos más a mano, y las ciudades serían Logroño, Vitoria, Pamplona, Bilbao, Zaragoza o Burgos. U otras, a más distancia. Pues bien, hoy tocaba el Reno Renardo en Pamplona.

Como no me daba tiempo a cenar, me tomé un café, y ya comería algo en Pamplona. Salí de casa con las últimas luces del día. Por delante tenía unos tres cuartos de hora de autovía. Amenicé el trayecto con el último disco del Reno, Meriendacena con Satán. En seguida se me pegaron los ritmos y las letras de algunas canciones, como Meriendacena medieval, Todo seta, Mongomix… Hoy me lo voy a pasar muy bien 😀

Ya en Pamplona, Iruña para los amigos, el GPS me hizo subir por una cuesta muy empinada. Estaba a 1 km de la sala de conciertos, más o menos. En mitad de la cuesta había un pequeño descansillo con dos cocheras. Dejé el coche con espacio de sobra para que pudieran aparcar otros, o maniobrar para acceder a las cocheras. Pero apenas me hube alejado unos pocos metros, un matrimonio que pasaba me advirtió de que ahí estaba prohibido aparcar, era propiedad privada, y se me podía llevar el coche la grúa.

Aunque no puse reparos en buscar otro aparcamiento, aquello me tocó los cojones: no había ningún cartel de “propiedad privada”, ni señal de prohibido estacionar, ni siquiera una placa de vado. Yo tuve suerte de que me avisaran pero si no, ¿cómo iba a saberlo? En Alemania al menos ponen carteles. Aunque sean sólo de texto, y en alemán, con palabras que uno no ve en los cinco primeros cursos del idioma. Pero lo avisan.

Aunque en aquel momento no lo sabía, estaba en el centro de la ciudad. Creo que no existe ninguna ciudad en el Universo en cuyo centro histórico sea fácil aparcar. De hecho, di bastantes vueltas intentando buscar un sitio en una calle transitada, antes que aparcar en el descampado que había visto al pie de la cuesta de antes. Pero Pamplona no es Logroño, y es más jodido aparcar, así que al final cedí y me fui al descampado. Y aun así tuve que dar varias vueltas por él hasta encontrar un hueco.

Subí la mencionada cuesta a pie; casi me toca pararme a descansar donde había aparcado antes. Llegué a una plaza. Había muchos bares de pintxos; sin embargo, me daba miedo que se me fuera demasiado tiempo en la cena, por lo que fui directo a la sala Zentral, donde era el bolo.

El concierto empezó un cuarto de hora después. A la velocidad que como, hice bien en posponer la cena. Me tomé una birra, la única que tomaría hasta que volviera a Logroño. Me estoy haciendo may… responsable XD

En el concierto, como era de esperar, alternaron canciones del nuevo disco con temazos clásicos: Ancho cipote, Camino Moria, Leia (brutal!), El bardo bastardo, Crecí en los 80… Muy grande. Tenía muchas ganas de un concierto así. En mis dos últimos años en Alemania había hecho muy pocas escapadas a ver conciertos jevis, y en pocos meses en Logroño [y alrededores] ya llevo unos cuantos. Y los que me quedan 😀

Por cierto, el concierto empezó con un saludo en euskera de Jevo Jevardo (Gabo on, buenas tardes), y el público reclamó bises también en la lengua de Mitxelena: beste abesti bat (otra canción). Hala, ya he aprendido más frases. Dentro de 50 años podré escuchar Negu Gorriak o Berri Txarrak sin que me los traduzcan XD

Cuando salí de la sala, los bares de pintxos estaban cerrando. Aunque sería lo normal (al menos, en el resto del mundo que no es España), me chocaba el contraste con la calle Laurel de Logroño, que ahora estará a parir. Por suerte, llevaba una manzana y algunas galletas en el coche, me ayudarían a engañar al estómago hasta que pueda cenar algo medio decente en casa.

De camino al coche vi la famosa calle Estafeta, conocida por una curva cerrada en los encierros de San Fermín. Bajé la cuesta de antes; vi un coche entrando en los garajes que había visto cuando buscaba aparcamiento. Menos mal que al final no he dejado el coche aquí XD

Me comí lo que llevaba, me fumé un cigarrito, programé el GPS, y arranqué. Seguí sus indicaciones con la esperanza de que me guiara hasta Logroño y no hasta Vigo. “Gire a la izquierda… a la derecha… Continúe por la avenida de Pío XII”. Pegué un bote en el asiento. ¿Pío XII? Pero no leído como “Pío doce”, sino como “Pío csií” XD

Menos mal que en Alemania tenía el GPS configurado para que me hablara en alemán, y al mudarme lo cambié a español. Si no, tenía la fiesta asegurada XD

Por no decir que podía haber sido peor. Podía haber sido la avenida de Juan XXII (a ver cómo lee eso).

Y menos mal que las carreteras se nombran con números arábigos y no con romanos: “Diríjase hacia la Nacional iii”. En fin… Por suerte esta vez el GPS me orientó bien, y llegué a Logroño por la autovía. Cené a horas intempestivas y, como no era plan de acostarse recién cenado, ni quería seguir estudiando Linux, me fui a tomarme las birras que no me había bebido en el concierto.

BARVADER ’21